viernes, 3 de julio de 2015

De Crucero por las Europas

Chocoaventura por Rana Existencial en 10:19



Cuando viajas solo, puedes ir modificando tu viaje como se te pega la gana. Por ejemplo, si llegas a una ciudad que te fascinó, puedes quedarte unos días extra para conocerla mejor, si vas a alguna que no te gustó tanto, puedes recortar tu estancia. Claro, si no tienes boletos que te amarren a algo más fijo.

Sin embargo, cuando viajas en tour o como en mi caso crucero, no puedes darte este lujo; la decisión de cómo turistear deja de ser tuya. Odié viajar así. Odié estar amarrada a un itinerario fijo. Es demasiado molesto. Y en crucero es prácticamente lo mismo, pues ya tiene su itinerario, te guste o no.

En nuestro viaje, nos llevaron a Copenhague y Skagen en Dinamarca. Ambos son bonitos, pero no los sentí maravillosos. Por un lado, Copnhague es una ciudad ciclista, costera, llena de yatecitos, en los que la gente vive, tipo Amsterdam. Tranquila, relajada, soleada. Skagen, es tipo una villa llena de casitas amarillas con adornos en madera blancos y tejas naranjas; muy pintoresco y peculiar. Bastante bonita. Es un pueblito pesquero, según noté. También muy tranquilo y soleado. Me alegro haberlo conocido porque dudo que vaya a volver.

Skagen, Dinamarca
Foto tomada por mí
Tallinn, capital de Estonia, me gustó mucho. Es una ciudad muy chiquita, pero divina. Está la ciudad antigua, arriba de una monte, pareciera aún amurallada. Tiene algunas iglesias con cúpulas como tipo las de Rusia, pero más sencillas en sus materiales. Así mismo, está la parte moderna de la ciudad con hoteles, restaurantes, tiendas de diseñador, supongo que hasta centros comerciales. Un contraste muy grande entre un lado y el otro. Valió la pena curiosearla.

Tallinn, Estonia
Foto tomada por mí
En Rusia, visitamos Moscú y San Petersburgo. No tienen palabras. Están no preciosas, lo que le siguen. En mi próxima vida, quiero nacer ahí. Hasta la próxima para que se vuelvan más capitalistas porque aún son muy rígidos en muchas cosas.

En verdad me enamoré. Tuve una sensación de felicidad todo el tiempo ahí, que no pude con ella, no podía contenerla. Evidentemente, escribiré otro post, hablando específicamente de ellas.

Moscú, Rusia
Foto tomada por mí
San Petersburgo, Rusia
Foto tomada por mí
San Petersburgo, Rusia
Foto tomada por mí

Helsinki, me pareció vacía, casi no había gente en las calles. No sé habremos ido en día feriado o domingo o qué onda, pero estaba un tanto desértico. Estuvo chispeando todo el condenado día, al igual que en Estocolmo, pero che lluviecita que congela y entume. Yo sufrí, pues el ambiente estuvo nublado, frío, eso no es lo mío. Sinceramente no pude apreciar bien la ciudad.

Me llamó la atención su historia, ahí sí, meternos a los museos era vital. Según entendí, Finlandia era tierra de aldeanos un tanto nómadas, construían una chocita por aquí, por acá y así. Después fueron dominados por el Imperio Sueco un buen tiempo, hasta que los suecos perdieron una batalla contra Rusia y fue cedida a los zares hasta la revolución rusa en 1917, que reclamaron su independencia. Nota, si estoy equivocada en los datos disculpe, ya mis pilas no daban cuando los visitamos.

Entonces, es una nación muy reciente, muy nueva, que apenas va forjando su identidad. Me llamó la atención mucho, me gustaría volver y conocerlos, sólo necesito una calefacción integrada para no sufrir en el intento.

Helsinki, Finlandia
Foto tomada por mí
En cuanto a Estocolmo, está muy, muy bonita la ciudad. Llena de iglesias, palacios, tejados (algo tengo con los tejados que me gustan). La corona es muy importante y los reyes también, de cierta forma se siente en las construcciones, tal vez porque lucen antiguas, te trasladan a otra época. Es preciosa. Lástima que también llovía y mucho más fuerte; como buena nena, prefería terminar de conocerla desde el turibus. Cuando se te entumen los dedos, no está padre.


No tuve tanta oportunidad de conocer los encantos y maravillas de cada una. Tal vez fue actitud y decisión propia, tal vez sí fue por el límite de tiempo que nos daban. Me hubiera dado vuelo visitando museos, palacios, iglesias, edificios y no sólo conociéndolas por fuera, por encima. Por eso no soy fan de los viajes rígidos. Todas tienen un encanto particular. No fue suficiente lo que estuvimos. 

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