Desde infantes no han enseñado a amar “incondicionalmente” a
nuestros hijos, padres, hermanos, Dios por sobre todas las cosas, al vecino y a
todo el prójimo en general (quien quiera que sea éste). Sin embargo, en mi casi
tres décadas de vida, nadie jamás me ha mencionado a si quiera quererme a mí
misma. ¿Por qué más importante amar a los demás que a mí? Al final la vida que
vivo es la mía, ¿no?
Según opiniones expertas en el área de la psicología, la
mejor manera de construir la autoestima de un infante es diciéndole,
DEMOSTRÁNDOLE lo mucho que se le ama desde que es un bebé y a lo largo de su
vida. Comentarle que no importa a qué se dedique en el futuro, cuál sea su
dirección de vida, si recoge sus juguetes, hace travesuras, se porta mal, meta
la pata. Estos son condicionantes, ¿por qué condicionamos amor?
Es vital darle a conocer que se le ama con todo el corazón
simplemente porque está aquí en el planeta y forma parte importante de la vida
de los papás. Claro, si una persona no respeta las normas de casa, es normal
tenga consecuencias congruentes para que
aprenda la lección que deba aprender. No obstante, esto no implica negarle ese
amor o rechazarlo. Esa es la clave del amor incondicional:
Las personas no son perfectas, comenten errores, pero eso no
las hace indignas de recibir amor. Al final, recibir amor, es condiciónate para
poder ofrecerlo. Así se construye el
autoestima de un crío.
Ahora bien, los que ya no pasamos por esa filosofía, ¿qué
nos depara como aprendemos a querernos a nosotros mismos?
Decírnoslo al espejo, sin vanidad o egocentrismo.
Cuando alguien nos critica o ataca con comentarios hirientes
decir, de menos pensar: “es tu opinión de mí, la respeto, no la comparto, me
quedo con la mía,”
Defendernos cuando sea necesario sin ser hirientes con los
demás.
Aprender a escucharnos a nosotros y escuchar nuestro cuerpo:
¿cuántas veces morimos de hambre y no pelamos por estar picados con algún
proyecto? ¿cuántas veces estamos cansados y seguimos horas trabajando? ¿Cuántas veces no queremos
ir a una reunión, pero de todas maneras vamos pues ya quedamos? No nos escuchamos,
no nos damos nuestro lugar.
Reconocernos nuestros logros, dejando de esperar que los
demás los reconozcan. Felicitarnos por esa idiotez que hicimos bien.
Disminuir el peso a los errores. Metimos la pata, ni modo, a
tomar lo que aprendimos y seguir con nuestra vida.
Todos somos valiosos, aunque sea por sólo por existir. De lo
contrario, no estaríamos aquí, la selección natural ya se habría encargado de
nosotros. Así que aprendamos a darnos ese amor que necesitamos para dejar de
esperarlo de afuera.
Posts Relacionados:
Fatigue Mommy
Ama de Casa
Cómo ser una buena esposa
2 Testimonios:
http://www.lizethcastro.tv/index.php/mi-blog/113-mujeres-cuanto-nos-queda-para-querernos para complementar
. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
Publicar un comentario