Leí hace poco una frase que decía “actualmente hay seis
veces más plástico que plancton flotando en el Océano Pacífico.” Ajá y eso ¿en
qué nos afecta? Absolutamente todos los desechos que hay en el mar, tarde o
temprano regresan a nosotros.
Nosotros comemos pescados y mariscos. ¿Cuántas latas de atún
abrieron este último trimestre? ¿Cuántos no compran sushi? Nadie está exento,
en una u otra forma lo consumimos. Mientras los seguimos envenenando. Al final
de cuentas, el plástico y las toxinas artificiales están contaminando la cadena alimenticia global, creciendo
sin precedentes.
¿Cómo
podemos lograr disminuya esto?
Reutilicemos
las botellas de plástico.
Compremos
una, cuando se acabe, la rellenamos, cuando termine el día, la lavamos y así.
¿Qué tal una o dos semanas? No es del otro mundo. No les va a crecer un tercer
ojo o salir un segundo ombligo por rellenarlas… Y no sean sacatones, sabrá
diferente el agua, pero no es el fin del mundo. Bueno, si no lo hacemos tal vez
sí.
Utilicemos
las bolsas de plástico.
Siempre
se necesitan para la basura, no hay que tirarlas sin usarse. De preferencia, utilicemos
bolsas biodegradables; ahorita en los supers hay muchas marcas que lo son. ¿Por
qué no comprar mejor éstas que sí lo son?
Llevemos
a reciclar.
Si
hay centros de reciclaje en mi pueblo, debe haber en las demás ciudades del
país. ¿Por qué no guardar un par de plásticos, latas, botellas un par de
semanas para llevarlas a estos centros? Hasta sirve que sacamos una lanita,
mínima pero por una buena obra está super cool.
Éstas
son un par de ideas que se me ocurren para cuidar los océanos y el planeta en
general. El problema, como siempre, es llevarlas a cabo… ¿O no?
Imagen Obtenida de Reciclaje de Occidente
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