Hace un par de meses, un amigo compartió una foto que subió
una persona de Holanda diciendo que su padre había encontrado una cámara en un
tren con más de 2,800 fotos y pidiendo ayudaran a compartirla para encontrar a
su dueño.
En menos de dos días, la foto tenía más de 55,400 shares. (Me
alegra haber sido una de ellos, sé lo que se siente perder tu cámara durante el
mismo viaje). Al tercer día parecía que ya lo habían localizado; ya saben,
entre los que vieron esa foto, alguien lo llegó a conocer y lo pudieron contactar.
¡Wow!
Independientemente de que haya sido verdad o no la historia
del dueño desaparecido, me impresiona lo rápido que parece haber sido encontrarlo.
Lo involucrada que se veía la gente, compartiendo esa foto (55,400 shares
mínimo). Estamos hablando de un Canadiense mochileando por Europa, ¡una aguja
en un pajar! Hace algunos años, hubiera sido imposible.
Aunque a muchos no les gusten del todo, las redes se han
vuelto un medio de comunicación vital hoy en día. La velocidad, diversidad y
flexibilidad con la que se puede propagar información a través de ellas, es
impresionante. Jamás se llegó a ver nada parecido anteriormente.
Yo siempre dije, para mí Facebook más que el chisme o el cotorreo, es
principalmente networking (aunque usted no lo crea). No se limita a sólo estar
en contacto con amigos y conocidos, te permite contactar gente para desarrollar
proyectos que te interesan. Por ejemplo, las revistas que me han llegado a
publicar artículos y cuentos, las he contactado por este medio. Supe del taller
de creación literaria en el que estoy porque alguien más me pasó el dato por
ahí. Ahorita de cierta forma, estoy comenzando a volverme activista tratando de
hacer algo por los perros y gatos de la calle. Evidentemente a todos los
protectores y asociaciones las he contactado por esta misma; poco a poco me he
vuelto más activa al respecto. Por supuesto, tal vez este blog no tendría
visitas si no se publicaran sus posts tanto en FB como en Twitter.
Las redes llegaron para quedarse, aunque a muchos les cause
escepticismo, llegándolas a satanizar. A algunos les da miedo lo adictivas que
se vuelven (porque sí, se vuelven adictivas ¿para qué negarlo?). Sin embargo,
sí las sabes manejar, su potencial puede ser dirigido a buenas causas, para que
se sumen talentos interesantes a lo que quieres realizar y al gente conozca tu
proyecto. Por experiencia, propia se los puedo asegurar.
0 Testimonios:
Publicar un comentario