Hace poco me marcaron de una página de internet sobre
tiempos compartidos porque según estaba registrada en su base de datos. Evidentemente,
no dejé que me comentaran lo que me ofrecían pues en primer instancia la página
no me sonó nada familiar. Le comenté a la señorita que yo no me había
registrado y que por favor me diera de baja de dicha base de datos. Ella en un
tono molesto me contestó diciéndome “que a la próxima tenga más cuidado con las
páginas en las que registro mis datos” y hasta terminó colgándome.
Tengo varios comentarios al respecto:
1. En
teoría, soy un prospecto a cliente. Si se tratara de una medianamente buena
vendedora pudo haberme tratado de mencionar los servicios de su página para
convencerme de que la cheque, en vez de enojarse y regañarme cual mamá.
2. Si
estoy diciendo que yo no realicé el registro, no entiendo por qué el
escepticismo. No tengo porqué mentir sobre una nimiedad de ese tipo.
3. Imaginemos
que sí me había registrado hace un tiempo y se me olvidó, si quiero darme de
baja no tiene porqué molestarse, no es como si tuviera que pedir permiso.
4. ¡¿Por
qué me cuelga?! Ella me marcó, ella es la que trabaja en un call out. No yo.
¿Ese es el servicio que prometen? Definitivamente jamás lo contrataría.
Eso sí, no pude evitarlo. Me metí a dicha página para ver de
qué diablos me hablaba y marqué al 01 800 con la fiel convicción de presentar
queja. Sí, yo soy de esas que levantan quejas cuando tienen ganas. Me contestó
la misma Licenciada Janeth, entonces aprovechando el aventón, sólo le dije:
“Buenos días Lic Janeth, si un cliente le dice que no se
registró en su página 1. No le conteste Mal, 2. No le cuelgue. – con sonrisa en mis labios - Gracias.” Y colgué yo.
No saben cómo disfruté. ;D
Sólo me faltó decirle: “This is totally going to my blog!”
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