Vivimos en una sociedad de tradición monógama. Desde niños nos educaron para establecer relaciones con una persona a la vez, que se practique o no esta
tradición es otro boleto muy particular de cada quien.
Algunos en contra de esta ideología argumentan que somos
animales y que como tal no deberíamos estar anclados a una sola pareja. Aunque hay
especies del reino animal que son monógamas. No estoy aquí para cuestionar filosofías, ni una ni otra; yo
creo que cada quien puede desarrollar su libre forma de pensar al respecto, de
acuerdo a su historia de vida. Sin embargo, creo fervientemente que estando en pareja,
debe haber un diálogo respetuoso sobre la visión al respecto.
Cuando compartimos nuestra vida, temporal o permanentemente,
dejamos de ser individuos para volvernos dos, quienes están casados saben por
qué lo digo de esta manera. Tenemos que dejar de pensar en nosotros y empezar a
pensar en la otra persona también. Lo que para mí es correcto, tal vez para la otra no.
Por lo tanto, lo ideal es llegar a crear acuerdos para mejorar la convivencia,
así evitar enojos, malos entendidos, etc. No sólo en este aspecto, sino en general
en todos los de la vida.
Puede ser que para mí, que mi novio voltee a ver
(disimuladamente, por respeto), a alguna
otra chava que le haya llamado la
atención no me cause conflicto; pero no falta a quien sí y hasta sea razón de
riña. Puede ser que para alguien que su pareja bese a otra, no es cosa
del otro mundo, mientras no pase de ahí; habrá para quien sí sea una falta
grave. Incluso, hay parejas no tan conservadoras que tienen libertad de salir
con más personas; sigo diciendo esto ya es de cada quien.
Cada caso es diferente porque cada cabeza es un mundo. Entonces,
lo importante es que si estamos en una relación hablemos y lleguemos a acuerdos
para evitar conflictos. Ya si estamos solteros. . . a disfrutarlo mientras
dure.
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