Empezar sin constancia sólo te llevará a empezar de nuevo.
¿Qué quieres? ¿Qué te gusta? ¿Qué te roba el aliento? En eso enfoca tu energía,
tus esfuerzos, tu vida porque lo demás no te llenará lo suficiente como para
llevarlo a cabo toda la vida.
La vida es un cúmulo de experiencias, vivencias, no serán
todas buenas, pero al menos deben gustarte o de menos, dejar aprendizajes.
Moverse por ella cual zombies, no tiene punto. Tómate un tiempo para
preguntarte y meditar: ¿qué hace tu corazón palpite? ¿Cómo puedes experimentar
eso la mayor cantidad de veces posibles? ¿Cómo puedes llegar a vivir de ello?
Crea un modelo de negocio, aprende y desarróllalo. Tal vez por un tiempo
requerirás un trabajo “estable,” en lo que va tomando forma tu propio proyecto,
pero permítete que eventualmente eso que amas se vuelva tu sustento principal.
Ahora tengo miedo porque como bien saben estoy incursionando
en lo que yo siempre supe era mi pasión, pero nunca tuve las agallas de
perseguir. Ahorita no tengo tantos ingresos como antes, pero si no dejaba mi
trabajo, no tendría tiempo para darle rienda suelta a mi creatividad y tiempo a
desarrollar un proyecto que sé algún día rendirá frutos.
Tal vez no pueda viajar un par de años, seguramente, tal vez
no pueda darme lujos unos años, claro. Pero es mi bebé y me debo a mí misma
coger el toro por los cuernos para demostrarme de qué estoy hecha. Sé que cuando tenga suficientes cuentas como
para mantener mi estilo de vida y la operación de mi micro PYME, todo habrá
valido la pena.
Y si en efecto, siendo independiente no me puedo mantener,
pues al menos ya tendré experiencia profesional en el área que amo por lo que
podré aspirar a conseguir trabajo en cualquier agencia de Relaciones Públicas.
Así que por muy mal que me vaya, hay una luz al final del túnel.
Vencer o morir. No hay vuelta atrás.
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| Imagen obtenida del Blog de Mireya Trias |
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