Acostadita justo en la esquina que forman la pared y la
puerta de la recámara. Pequeña, hecha
bolita, tranquila, pero más que tranquila feliz, como esbozando una sonrisa en
su hociquito.
A veces me pregunto qué habrá vivido, cómo, si esté a gusto
conmigo; si es feliz. A veces incluso, le pregunto y me contesta: moviendo su
colita, lamiéndome cada que puede, apareciendo en todo lugar en el que estoy,
correteando con Yako por toda la casa. Es feliz.
Feliz porque sabe que es adorada junto con Yako, porque sabe
que hay alguien que se ocupa y preocupa por ella, alguien que la apapacha y
consiente cada que puede, alguien a quien verla feliz la pone feliz.
Gracias muñequita hermosa por este año lleno de cariño.
Nota: ambas fotos fueron tomadas con mi celular.
Posts Relacionados:
0 Testimonios:
Publicar un comentario