Este fin pasado, tras una acalorada discusión con mi novio
acepté que soy una histérica controladora de lo peor. Casual. Vamos a ser
sinceros, ¿qué mujer mexicana no lo es? Nos gusta que las cosas se hagan a nuestro
gusto, por las buenas. . . o por las malas.
En fin, dicha discusión me llevó a reflexionar sobre el
asunto. En verdad, me encabrona que las personas no actúen como yo quiero. Por
ejemplo:
Al volante si alguien me presiona para ir más rápido, me
caga; si alguien va como abuelito no dejándome pasar, también.
Si por la calle, me gritan bizcocho o me chiflan, les pinto
dedo o se las miento.
Si mi jefe se mete en un mail que mandé a otra persona sin
haberle marcado copia a él, me dan ganas de patearlo.
Si en alguna construcción alguien me recibe agresivamente,
quiero aventarle un ladrillo.
Si mi hermano, fuma adentro del depa, también me molesta.
Si mi novio, no estaciona su carro donde yo quiero, ¡pufff,
la que se le arma!
Si la vecina de enfrente se apaña el carrito del edificio
para subir el mandado, me choca.
¿Qué puedo decir a mi favor? Soy una histérica. Me la vivo a
la defensiva. Qué esperar después años y años de aprendizaje familiar condicionado. No era
para menos.
Entonces, esta semana decidí inventar una especie mantra
para desinflar esa histeria acumulada. ¿Qué hago? Cada que alguien hace algo que me
molesta o me choca repito en mi cabeza: “Él(la) puede. . . si quiere.” Incluso cuando la ofensa es demasiada, la
repito en voz alta, las veces que lo necesite. Me ha funcionado, pues de cierta
forma es dar permiso a los demás de ser como son, sin querer cambiarlos. En
verdad, me ha ayudado a relajarme. Noten como cambia el panorama:
Él puede pitarme o echarme luces, si quiere.
Ella puede manejar cual abuelita, si quiere.
Los albañiles pueden chiflarme, si quieren.
Mi jefe puede un perfecto paranoico y aprehensivo, si
quiere.
Él puede ser un idiota, si quiere. (Sí, hasta de ser idiotas
estoy aprendiendo a dar permiso).
Mi hermano puede fumar adentro del depa, si quiere.
Mi novio puede estacionarse donde se le pegue la gana, si
quiere.
Mi vecina puede apañarse el carrito del super, si quiere.
¿No suena mucho mejor? Mejor dejo a los demás ser como
quieran ser y me enfoco a lo que en verdad importa en mi vida: lo que yo hago,
digo, pienso. Que los demás se las arreglen solitos.
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Imagen obtenida de Rastasaurio |
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1 Testimonios:
Pero sí está bien decir lo que no te gusta y lo que no. Lo que sí creo es exagerado es que la primer reacción sea matar al perpetrador. Ejemplo: Si tu hermano fuma en tu depa y le pides de favor que no fume en ahí, no hay porque enojarse. Ahora sí vuelve a fumar porque le vale madres tu opinión entonces sí ya es un problema.
Pero al abuelito que va manejando enfrente de ti, ni siquiera es el mismo todos los días. No me parece justo enojarse con él sólo porque maneja lento. Que sea molesto sí, pero no hay porque enojarse con él... eso creo yo, pero bueno yo soy todo lo contrario a ti. A mi vale madres prácticamente todo.
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