Diferentes historias, para diferentes versiones de amor. Muy
recomendable película. Hay un personaje en particular, que me es interesante:
Bradley Smith. Típico enamoradizo que va de relación en relación, buscando al
verdadero amor de su vida.
Su historia comienza cuando su esposa lo deja por una mujer
(sí, leyó bien querido lector, decidió batear para el otro equipo). Con todo y el shock ocasionado, nuestro
querido Brad se sobrepone para a las pocas semanas conocer a Diana: una cínica pero exitosa
vendedora de bienes raíces, de quien se interesa de inmediato, comenzando en seguida una
relación.
Lo que él no sabía es que cuando la conoció ella estaba aún
involucrada (por no decir: ENAMORADA), con un hombre casado, David, quien se
muestra renuente a la idea de dejar a su familia por ella. Debido a la decepción
que le causa David, decide probar suerte con Brad terminando casándose.
No, no hubo final cuento de hadas para ellos dos. David como
todos que valoramos lo que tenemos hasta que lo vemos perdido, se da cuenta que
en realidad ella es el amor de su vida por lo que decide por fin dejar a su
esposa y claro Diana al enterarse, deja
a Brad (finalmente la había elegido a ella, por nada del mundo se permitiría perderlo
de nuevo).
Para este punto, cualquier otra persona en el lugar de Brad ya estaría pensando en
darse un tiro; pobre tipo tanta mala suerte está cabrón. Sin embargo, nuestro
buen Brad sigue optimistamente esperanzado en que tarde o temprano (o sea al
final de la película – perdón a quienes les arruiné este final), conocerá a su
media naranja.
Y sí, más adelante conoce alguien que en realidad ve la vida
tan cursi y romántica como él; no sólo eso, es una persona que hasta está dispuesta a rifársela con él, echarle ganas y ver qué
sucede. ¡Bien por Brad, el que persevera alcanza!
¿Por qué me gusta tanto este personaje? Creo que en gran
medida porque me identifico con él. No creo que ser tan ilusa, al
final de cuentas personaje de una película; no obstante, de cierta manera siento
que toda mi vida me la he pasado experimentando esperando a toparme con mi Roto.
Que han habido corazones rotos, obstáculos, deslices,
mallugadas, golpes, laceraciones, etc., sí lo ha habido. Sin embargo, siempre
me he sobre puesto, pues muy dentro de mí sé que no hay mal que por bien no
venga. Además por más cínica y grinch que me suelo mostrar al mundo, yo sé que
tarde o temprano la búsqueda traerá frutos.
Entonces, sí aquí seguimos al pie del cañón, viviendo el presente sin dejar de mirar al
futuro. Esperando con ansias ver qué nos trae ese destino. Ya veremos qué pasa más adelante.
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