Cerramos ojos cuando
algo nos atemoriza, cuando no tenemos suficiente valentía para enfrentar los obstáculos
que se presentan.
Cerramos los ojos cuando nos traicionan los nervios, cuando es más fuerte que nosotros mismos.
Cerramos los ojos queriendo evitar continuar, queriendo no avanzar, buscan un freno al tiempo, la vida, las posibilidades.
Cerramos los ojos esperando un cambio mágico y esporádico a nuestro temor, añorando un mejor panorama u opción.
Pero también los cerramos cuando todo es luz y alegría, cuando queremos sentir intensamente el momento para ser uno con él. Para abrir los ojos del alma dejándonos llevar por el instante y la sensación que deja.
Tan delicioso a veces
sumergirte con los ojos cerrados a la vida y sentir todas sus posibilidades.
0 Testimonios:
Publicar un comentario