Podría asegurar que absolutamente nadie en este mundo está 100% feliz con lo que Dios le dio. Sobre todo, las mujeres. Constantemente, nos azotamos porque no tenemos el cuerpo perfecto de una Barbie de carne y hueso. ¿Me equivoco?
Nunca nos detenemos a pensar en cuál es nuestro atractivo principal, menos a darle la importancia suficiente. Por ejemplo, aquellas que tienen piernas, odian su nariz o su estrecha cadera; quienes tienen cara de muñequita se decepcionan por no estar tan delgadas. Y nunca falta las que tenemos cabello ondulado, daríamos lo que fuera porque fuera ya sea chino o lacio. En mi caso, yo tenga una cadera de 10 y no miento: 100 cm para ser exactos: OMG! La neta, toda mi vida la odié porque no puedo usar pantalones entubados o faldas ajustadas sin sentirme gorda. Caso de la vida real. Sniff sniff. (Abrí un grupo de autoayuda al respecto).
Últimamente he notado, que justo ese es mi mayor atractivo para el sexo opuesto. ¿Quién lo fuera a decir? Justo lo que más odiaba de mí, es lo que más llama la atención en mi silueta. Aún sigo procesando la idea. Ciertamente no soy perfecta, pero claro está, estoy aprendiendo a sacarle partido a esa cualidad tan mía. He de decir, que este cambio de actitud al respecto; tal cual me siento todo un suculento bizcocho (modestia a parte).
Entonces, he aquí mi propuesta: Mujeres, dejemos de afligirnos por lo que no tenemos o nos gusta, aprendamos a sacarle partido a lo que sí. Cambiemos nuestra actitud y creámonos Reinas, todos y cada uno de los días, pues believe or not lo somos. Nadie puede hacernos sentir lo contrario, a menos de que nosotras mismas lo permitamos. Dejemos de permitirlo. Además los caballeros no me dejarán mentir, no hay mayor atractivo que la seguridad que traigamos puesta. Sigo diciendo, todo es cuestión de actitud.
miércoles, 18 de abril de 2012
Reinitas
Chocoaventura por
Rana Existencial
en
8:14
Debrayes
Complejos personales
,
Consejillos de vida
0 Testimonios:
Publicar un comentario