miércoles, 14 de septiembre de 2011

Esa amabilidad

Chocoaventura por Rana Existencial en 8:25
Hoy llegando a la oficina, perfilándome para estacionar a mi ClaraBella, casi me avienta su mamavan una señora que venía en el carril del otro sentido. Cual ñora que avienta la bolsa del mercado para apañar asientos en el metro. No había problema había espacio para los dos carros, así que esperé y seguí esperando a que la susodicha tratara de acomodarse.

Sin embargo, por una rampa que hay en la banqueta no más no podía echarse hacia atrás para acomodarse bien. Después de 5 minutos, se dio por vencida por lo que me hizo una seña diciéndome “te la pelas, me voy a estacionar aquí y si te parece.” Después con el brazo me dijo que buscara lugar a la vuelta.

Obvio, yo me quedé con cara de “mmmmm” y le hice señas para que se hiciera hacia enfrente, así ella se estacionaba en la esquina sin problemas y yo atrás de ella (justo enfrente de mi oficina). Al final de cuentas, ambas cabíamos. Puso jetota, pero cuando me moví, se acomodó.

Es una anécdota muy burda, tal vez demasiado. No obstante, me dejó pensando en que ya perdimos nuestra amabilidad. ¿A cuántos nos les avientan el carro diario o les ponen cara cuando van a una tienda a comprar algo?

Esta tipa, primero me avienta el carro, después me manda a la chingada porque la princesa ganó el lugar y no se podía echar bien de reversa. Les mentiría si les dijera que no pasó por mi mente rayarle su carro cuando me bajé, pero todavía más Grinch no quiero ser.

En serio, ¿qué la amabilidad no era algo que caracterizaba a los mexicanos?

1 Testimonios:

Anónimo dijo...

No es una anecdota burda, sí, muy común, pero ese es el punto de un buen redactor, hacer de una anecdota común algo interesante, te dejo el link de la blogger que te contaba que hacía lo mismo, y ahora es una redactora reconocida (lastima que ya no escribe en su blog, checa los posts viejos) http://plaqueta.blogspot.com/

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