Cuando estamos en la universidad, tenemos esta sensación de quererlo experimentar todo, que es un derecho intransferible y hay que honorarlo. Al final de cuentas, la vida no es para que nos la cuenten y mientras más experiencias acumulemos, más aprendizajes vendrán con ellas.
Después, nos graduamos, algunos forman familias (a veces desde antes), otros empezamos a trabajar, gozar de esta nueva sensación de libertad deribada del tener capital para hacer lo que queramos; incluso viviendo aún bajo el techo de mami y papi.
Más adelante, conforme avanza la vida, vienen más responsabilidades; hacernos cargos de nuestros propios cargos es la más obvia.
Yo tengo una pregunta: es aquí cuando nos convertimos en adultos? Correr con toda la parte económica que implica nuestra existencia? Porque a veces parece que para el mundo occidental, así es. Para mí, no es suficiente. Para mí, va más allá. Es respetar tu ser, a los demás, ser congruente con lo que pensamos, decimos, hacemos y ser responsables con todas las conscuencias que estas tres variables implican. Eso es ser adulto, al menos, mi definición. No se cuál sea la de los demas, supongo que está relacionada.
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