2. Trashy men of my life.

Tengo una pregunta, de hecho, una gran duda taladrando últimamente mi cabeza. ¿Por qué casi todos los hombres con los que últimamente he salido, al principio son todo un encanto, están ahí, les intereso, lo demuestran, hasta parece que se mueren por mí e incluso que siente algo, y de repente siempre llega un punto durante el estira y afloja de la relación en el que todo se cae? Comienzan a portarse como si les valiera completa madres, dejando de hablar, buscarme, alejarse, sumándole estupidez y media a su lista de prioridades hasta que todo me sobre pasa. Me no entender at all.

La pregunta obligada es: is it me?! Miedo! Es bien sabido que la gran mayoría de las mujeres son airhead, completas bimbos, (soberbia aparte), o interesadas. Estúpida no soy. Punto. Hasta me considero bastante inteligente e interesante; de lo contrario, difícilmente podría mantener conectados a los muchos o pocos lectores de este blog sin mi dulce sarcasmo y mi delicioso ingenio. Segundo punto, Interesada? Yo? Menos! Es bien sabido que soy SUPER ambiciosa, eso que ni qué. Sin embargo, que quede claro que no me criaron ni para mantener ni SER mantenida (al pan, pan). Por ahí no va. Además, linda, mmmm... sip, me he de considerar bastante guapa (nótese cómo salto de linda a guapa en una sola oración). Aunque, de eso, uds son mejores críticos.
Prosigamos. Posesiva? Nop. Si hay algo que valoro es mi libertad y si hay algo en lo que creo es en tratar a los demás como quieres que te traten a ti. Sinceramente, dudo llegar a necesitar tener a un wey “AQUÍ” para sentirme segura en una relación. Y hablando de seguridad: celosa tampoco me considero. Creo fervientemente que si alguien está conmigo es porque quiere estar conmigo y que el cabrón que pinta cuernos, pintará cuernos sea paranoica o cool. Entonces ni para qué estresarme. Mi tarea se limita a tratar de no escoger un cabrón (o mandarlo al diablo cuando descubra que lo es).

En sí, creo que soy bastante chida: mentalidad abierta, me gusta ir de aquí para allá, nada aburrida. Entonces, vuelvo a mi pregunta: ¿qué sucede? ¿Por qué de repente pierden el interés tan rápido? ¿Por qué de prince charming se vuelven patanes o culeros y ponen distancia en un parpadeo? Seamos sinceros: que tengo mi carácter, lo tengo; que soy voluble y casi bipolar, sip; que no soy una pendejita, nop. Pero eso me desacredita por completo?

Recientemente un muy amigo me dijo que más bien se trataba de lo contrario. Tengo una personalidad tan chida y soy tan “all that,” que eso impone y da miedo. Parafraseando sus palabras, “es fácil enamorarse de ti y tu forma de ser, que a todos los idiotas con los que has salido les da miedo clavarse y en algún punto del partido prefieren portarse como pendejos (consciente o inconscientemente), poniendo su barrera, evitando así clavarse. Si actúan como si les valieras madres, tarde o temprano les vas a terminar valiendo madres”. Raro, muy raro. No sé qué tan cierto sea esto; hasta cierto punto tiene cierta lógica el raciocinio. Aunque realmente, suena más a que sólo quiere levantarme mi actual autoestima caída. En fin, para qué preocuparme por eso ahorita. Para qué molestarme o entristecerme; mejor dejar ir. Ni los zapatos a la fuerza entra. Just try to go with the flow.