¿Me
creerán si les digo que cuando estaba en primaria mi único sueño era entrar a
la Universidad? Es más, recuerdan esos sorteos en los que podías ganarte un
carro o camioneta, raspando un cachito o algo así; bueno, yo siempre que veía esos
comerciales, pensaba: "ojalá me ganara esa camioneta para venderla y con
eso pagarme la Universidad." Estudiar una carrera era mi sueño
dorado desde mocosa.
Y sí, la Universidad fue mejor de lo que jamás me imaginé. Amé estudiar. Amo aprender. A la fecha, sigo siendo adicta a tomar cursos y talleres de cuanta pendejada se me cruza. No lo puedo dejar.
Y sí, la Universidad fue mejor de lo que jamás me imaginé. Amé estudiar. Amo aprender. A la fecha, sigo siendo adicta a tomar cursos y talleres de cuanta pendejada se me cruza. No lo puedo dejar.
La bronca llegó graduándome porque una vez que salí de la carrera, no tenía ni idea de qué hacer con mi vida. Tuve un montón de trabajos en diversas áreas e industrias, con diferentes jefes y compañeros. Ninguno me apasionó. No eran más que simples trabajos.
A los
pocos meses de graduarme, entré a colaborar al despacho de seguros de mi papá. Originalmente
con la idea obtener experiencia administrativa para de ahí pasarme a una trasnacional.
Ese “obtener experiencia administrativa,” se convirtió en 12 años de antigüedad
laboral. Evidentemente, es donde radica mi principal experiencia.
Desde chica sabía que publicidad, medios de comunicación o el mundo editorial, es lo que me apasiona. Obvio sí lo sabía, pero siempre me detuvo pensar que son trabajos demasiado demandantes. Cuando hay campaña, tiene que salir sí o sí; no importa si dan las 3 de la mañana revisando cambios... Y como a mí me gusta eso de tener vida, pues siempre le saqué. Jamás me he atrevido a mandar mi CV a algo relacionado.
Así que me mantuve todos estos años, en el cómodo trabajo con mi papá. Hasta Enero del 2018; fecha en la que renuncié por 2da vez tras una acalorada discusión con él y mi hermano, ocasionada por una compañera del equipo de ventas.
Ese día y
tras la experiencia de haber tenido 4 jefes histéricos, con Dios como mi
testigo - así lo dije, me prometí no volver a trabajar para alguien más. Haga
lo que haga, lo haga bien, lo haga mal, será para mí y nada más para mí.
Ese día,
sin darme cuenta, inicié el camino del Emprendimiento, sin saber qué diablos hacer
de mi vida, ya que fue una decisión precipitada. De hecho, en sí tardé meses en
dar con lo que hago ahora.
Al principio piqué piedra apoyando en ventas a dos amigos que son Consultores de Negocios. No funcionó, en alrededor 8 meses apenas gané solo lo suficiente para pagar la comida de mis perros. Creo.
Al principio piqué piedra apoyando en ventas a dos amigos que son Consultores de Negocios. No funcionó, en alrededor 8 meses apenas gané solo lo suficiente para pagar la comida de mis perros. Creo.
En Septiembre, de ese mismo año, por azares del destino, tomé un curso para manejar un programa de Diseño Gráfico que fue el parteaguas de “mi carrera.” Me ayudó a conocer lo básico para de ahí irme solita con tutoriales en Youtube y así diseñar publicaciones de Redes Sociales como lo hago ahora.
Con eso
me fui acordando de ese viejo crush que tengo por las comunicaciones, el
marketing, la publicidad. [inserte Emoji con ojos de corazoncito aquí]. Los grandes
amores jamás se olvidan. Poco a poco fui invirtiendo más tiempo y dinero en
capacitarme en Marketing Digital y Diseño Gráfico, para actualizarme y retomar lo
que me perdí en esos años de adquirir “experiencia administrativa.” De ahí
nació Antes Meridiano Consultores, la que algún día será una Agencia de
Marketing Digital.
Durante estos
dos años de Emprendimiento, he visto a muchos de mis amigos, también emprendedores,
dejando sus proyectos de lado por sus trabajos de día, los hijos, el hogar, la
pareja, etc. Es entendible, pero hay que tomar en cuenta que emprender es tener
un bebé. Debes dedicarte en cuerpo y alma, aunque sea pocas horas al día, para
sacarlo adelante, de lo contrario, se queda estancado. Si no puedes
comprometerte, mejor ni lo intentes.
Mi emprendimiento
es mi bebé. Decidí jugármela sin hijos a pesar de mi edad, sin empleo de tiempo
completo aunque luche con los gastos, para meterle todo el acelerador a mi proyecto...
Y aunque ha sido difícil muchas ocasiones, porque ha tenido sus momentos, cuando
este pequeño bebé rinda frutos me lo voy a agradecer profundamente y estaré aún
más orgullosa de mí y mi forma de hacer las cosas porque es algo que he creado de la nada, con mi puro esfuerzo, aprendiendo sobre la marcha porque en realidad no he tenido idea de cómo hacerle. #YoEmprendo
![]() |
De ñoña como siempre Foto tomada por mí |
No Tires la Toalla
El día más Feliz de mi Vida
¿A qué estás dispuesto a renunciar para tener la vida que pretendes tener?
Trabajando mis Miedos
0 Testimonios:
Publicar un comentario