Estoy
acostumbrada a yo hacer, dar, poner de mi parte. No hago reparos en acomodar mi
agenda o recorrer distancia para pasar tiempo con alguien. Hasta ahora. Sin
embargo, no me suelo tomar el tiempo para si quiera preguntarme si la otra
persona haría lo mismo para pasar tiempo conmigo. Mucho menos espero a ver si
lo hace.
Me mueve
mi intensidad y mis ganas de hacer, dar, poner de mi parte.
Ya después,
cuando no funciona reprocho todo lo que hice o di, el tiempo, la energía, el
esfuerzo; y por supuesto, reclamo lo que no hicieron o dieron, la falta de
tiempo, interés o compromiso.
No obstante,
no me había puesto a pensar que fui yo
la que al final de cuentas no esperó a ver qué tan mutuo era su interés y sus
ganas de estar conmigo.
Saben, voy
a dejar de hacer, dar, poner de mi parte, dejaré de controlar y moverme;
empezaré esperar a ver qué hacen y cómo reaccionan los demás al respecto.
![]() |
Imagen tomada de El lenguaje del Adiós |
Posts Relacionados:
0 Testimonios:
Publicar un comentario