En el pasado mes de Abril,
después de haber llevado a rapar a mis gordos, noté una pequeña garrapata en el
pipi de mi Yakito. Grande. Gorda. Asquerosa. De esas garrapatas que sólo
quieres arrancarla y aplastarla por estarle chupando la sangre a tu bebé….
Malditas garrapatas.
Al acercarme, noté que no se
trataba de uno de esos bichos, más bien, una especie de berruga. Me tranquilicé
y no le di importancia; al fin si fuera algo qué temer, ya me hubieran dicho en
la veterinaria. Creció su pelo, me olvidé del asunto y ahí quedó, por el
momento.
Hace un par de semanas, volví a llevar
a raparlos. Se asomó de nuevo la
berruguilla. Para mi sorpresa, no sólo seguía ahí, sino que había crecido un
poquitín; medio milímetro, tal vez un cuarto de milímetro, pero creció la
condenada.
En un principio, no me alarmé,
partiendo de la misma premisa: si fuera algo para alarmarse, me hubieran dicho.
Sin embargo, después de haber dejado escurrir dos semanas entre juntas, cursos,
talleres, reuniones, esa berruguita no dejó de estar en mi mente estos días. Entonces,
decidí llevarlo para preguntar, más vale PrevenIMSS.
Tumor, muy, muy probablemente
benigno; fue el diagnóstico de la veterinaria. Nada de qué alarmarse en
realidad, pero sí ocuparse. Me recomendaron extirparlo lo antes posible y
mandarlo a estudiar para verificar sea verdaderamente benigno. Yo con ojos Remy
y el Jesús en la boca, mientras decía eso.
¡Tumor! Tumor igual a Cáncer hoy
en día. De hecho, incluso mencionó la palabra “C” en su explicación. Cáncer como
muy lejana posibilidad, pero refiriéndose a mi bebé, a esa pelusa que hace
menos de 6 años cabía en la palma de mi mano y mordía zapatos. Mencionada fue.
El lunes siguiente lo llevé sin
titubear. Mamá Paranoica me dicen. En ayunas, angustiado y ansioso. Detesta las
veterinarias. Lo dejé jalando con la correa al veterinario, pidiendo no lo
dejara y me lo llevara conmigo. Sufrí, cual madre dejando a sus niños en la
guardería. Ojos Remy de nuevo.
Dejé con cobijita, sus
croquetillas y su platito, Mamá Sobre Protectora también me llaman – que al
menos pudiera comer después del rato en ayunas y tuviera algo conocido con él
después del procedimiento.
Todo bien al recogerlo: ansioso y
estresado como siempre; saltando, dando vueltas y jalando para irnos de
inmediato. Como siempre. Nada fuera de lo común. Le mandaron pomada la cual
aplicar 3 veces al día en la heridita, pastillas, desparacitante. Habrá que
regresar para que le quiten el punto y esperar unos 15 días los resultados del
estudio – de nuevo, con el Jesús en la boca.
Mi pelusita Diciembre 2009 Ambas fotos tomadas con mi cámara |
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