“Ni
pichas, ni cachas, ni dejas batear.” Seguro saben a qué o mejor dicho quiénes
me refiero. Hay personas que nos gustan, con quienes nos llevamos de maravilla,
a las que claramente les agrada nuestra compañía y hasta es muy probablemente que
también les gustemos. Entonces, si todo esto suena tan bien ¿cuál es el mentado
problema? Muy claro: no se comprometen;
probablemente porque no les interesamos en realidad.
Les
gusta tenernos cerca, pero hasta ahí; si sale algo mejor, pues salió algo
mejor.
Hace ya
varios ayeres, terminando la carrera, yo estuve varios años obsesionada con un llamémosle
“Tipo.” Era cuate de unos conocidos, me encantó desde que lo conocí. Salimos un
par de veces, ambas cerrándolas con acalorados besos. Un día de la nada, me da
el cortón pues va a empezar a andar con una chica tras la que había estado
meses atrás y por tener novio no lo peló.
Ya se
imaginarán, me la vendió diciéndome que a mí me conoció justo cuando había
desistido la persecución, pero cuando esta chica cortó con el otro, lo empezó a
buscar a él, bla bla bla. Equis. Agradecí el aviso, me alejé por respeto a mí
y a ella. En ese momento, ahí terminó la
historia.
Unos
meses después, me mudé a Veracruz. Ya estando allá, retomamos el contacto por
Messenger, “¿cuál sería el problema si no nos veríamos?” – me dije a mí. Poco a
poco, empezamos a conversar más y más seguido de cosas más y más íntimas.
Empezamos a salir algunas de las veces que fui al DF; bares, cenar, rockband, etc.
Nunca pasó nada de nada, pero la química seguía latente, on hold. “Si tan solo
no tuviera novia,” pensaba yo constantemente.
Después
de un par de años de continuar así, por fin cortó con su dichosa novia. Me dije
“de aquí soy,” pero pues no. Varias veces le di “el cortón” por amor propio,
pero mi amor propio me duraba meses y volvíamos a conversar como si nada
pasara.
Así fue
un tiempo hasta que un fin de semana por primera y única ocasión fue a verme al
Puerto. Mi objetivo primordial era tener un fin “no strings attached” para ya
sacarlo de mi sistema de una vez por todas y poder dejarlo ir.
No fue
el caso, convivir con él en tiempo real, verlo interactuar con mis amigos,
ayudó a que me clavara más. Cuando se fue, incluso le pedí lo intentáramos a
distancia porque “estamos chido juntos,” etc., etc. Su respuesta a grandes
rasgos fue:
“Creo
que debí ser más asertivo, cuando quieres con alguien te aplicas y no te andas
con medias tintas.” Comentario que derivó en un post llamado: Asswhole, que
puede pasar a leer si quiere en este link.
Claro, ¿cómo
negarlo? Tiene toda su maldita boca llena de razón, cuando te late alguien te
aplicas y punto, no hay otra. El pedo fue que este “tipo” se tomó tres largos
años en ser “asertivo” y yo el mismo tiempo en ver que no más no estaba into me,
como dicen en la película.
Obviamente
jamás volví a hablar con él; ni si quiera para mentarle la madre. A los pocos
meses supe por Facebook que tenía novia, otra vez. Terminé optando por bloquear
su perfil en nombre de mi amor propio y sanidad mental.
Triste
pero cierto; así pasa cuando sucede.
![]() |
Imagen obtenida de Confessions of a online dating queen |
0 Testimonios:
Publicar un comentario