miércoles, 20 de febrero de 2013

Sí funciona y funciona muy bien

Chocoaventura por Rana Existencial en 12:56

Si bien recuerdan, hace poco mencioné que ahora se me metió el gusanito de ser Psicoterapeuta. Bueno, en realidad no es reciente, desde la prepa ya había contemplado la opción. Ahorita estoy comenzando mi segundo semestre de la Maestría.

Me gusta el enfoque de la corriente que estudio, Ericksoniana (por su fundador). Es una corriente humanista. Parte de la idea de en vez de enfocarnos en los problemas de nuestra existencia, busquemos encontrar soluciones para vivir tranquilos simplemente. A todos nos pasan cosas malas, pero todos los obstáculos tienen su lado bueno y somos nosotros quienes decidimos a cuál preferimos aferrarnos.

La técnica principal que utiliza para lograrlo es la hipnosis. Sí, me están enseñando a hipnotizar,  ¡MUAJAJAJA! No me voy a poner a describir cómo es, cómo se hace, qué se siente, etc., eso tal vez se los comente en otro post, lo que sí puedo asegurarles en este momento es que funciona, demasiado bien. Yo misma soy prueba fehaciente de ello y les daré un ejemplo de cómo:

Hoy es el Décimo Aniversario Luctuoso de mi abuelita. Quienes leyeron el post que escribí hace 365 días, sabrán que es algo que me pegó mucho (para quienes no lo leyeron, aquí está el link). Ella murió al poco tiempo de fallecer mi abuelo. Como si hubiera muerto de amor se fue apagando poco a poco. Durante estos largos 9 años, yo me quedé estancada en el enojo, encabronamiento para ser más exacta. Estaba en verdad emputada porque “se dejó ir,” porque ya no nos vio graduándonos, casándonos, teniendo chilpas y todo lo demás. No estuvo aquí para vivirlo y cada que la recordaba no podía dejar de pensar en ello, hirviéndome la sangre una y otra vez.

Ahora con mi abuelo, no pasó lo mismo, la historia es diferente. Él y yo nunca tuvimos una relación; para él sólo existió un nieto: mi hermano. ¡Uta, eso cómo me reventaba! Las únicas palabras que llegamos a cruzar eran para que no me diera permiso de hacer nada; ya ni si quiera regaños llegó a darme, ¿así o más distante? La verdad sí le guardé mucho resentimiento y tal vez hasta rencor casi toda mi vida porque sí me hizo sentir menos importante que a su estrellita.

En fin, regresemos al presente. Esta última clase en un ejercicio de hipnosis me vinieron a la mente los recuerdos de sus funerales. No sabría decir por qué se evocaron, de repente aparecieron. Recordé desde que llegué, qué hice, quiénes estaban, qué sucedió, etc. Sin embargo, en lugar de sentir el dolor o sentimientos difíciles que suele haber en estos eventos, sentí paz y amor. Me empecé a enfocar en las anécdotas divertidas, las bonitas palabras que me decían, ver a la familia, los amigos cercanos, la convivencia, las bromas. Creo que nunca lo había hecho. Incluso recuerdo que en algún punto de mi viaje, empecé a decirles a los dos lo mucho que los quiero y adoro. Hasta donde recuerdo a mi abuelo nunca se lo dije; hacia mi abuela nunca lo había vuelto a sentir desde que se fue.

Me gustó. Me ayudó a liberarme de resentimientos que tenía guardados. a desencadenarme del enojo. Ahora sí, ya puedo seguir el proceso de duelo como Dios manda. Todo gracias a una sesión de hipnosis que probablemente no duró más de 5 minutos. Como les digo: sí funciona y funciona muy bien.




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