Lo hecho, hecho está. Supongo es lo mejor. Evidentemente,
estoy triste, pero al menos no deprimida como me sentía antes. En realidad, no
estoy tan decaída como me imaginé. Digo, sí me eché una noche llorando cual Magdalena, pero de ahí no
pasó.
Ha sido más bien momento para reflexionar. Descubrí que necesito
trabajar en mis heridas profundas, aquellas que probablemente están ahí desde
la infancia. Identificarlas bien para poderlas trabajar; es más fácil hacerlo
sola que con alguien poniendo el dedo en la yaga constantemente. Creo que ya
estoy entiendo eso de tomarte tu tiempo para sanar y cuidar de esas heridas que
apenas ahora noto.
Sí, es tiempo de enfocarme en mí: mis proyectos, mis planes,
mis sueños, mis objetivos. Generalmente estando en una relación, nos
descuidamos un poco. Sin embargo, supongo que cuando termina hay que retomar nuestra vida y darle la prioridad necesaria; al final de cuentas, cortar con un novio SIEMPRE duele,
pero nunca será el fin del mundo si no lo permitimos.
0 Testimonios:
Publicar un comentario