Creo que a muchos, como a mí, esto les llegará out of the
blue. Hace dos fines, ¡empecé mi maestría! ¿Los sorprendí? ¿Sí? En sí, yo aún
lo estoy asimilando porque apenas hasta hace un mes se me ocurrió esta idea.
Me metí a un inscribí a un diplomado de Psicoterapia. El
plan era solamente estudiar esto. No obstante, recuerdo que un día una amiga,
también mercadóloga, me dijo que quería
estudiar la maestría que ofrecen en ese mismo Centro y dedicarse a dar terapia
para poco a poco independizarse de su agobiante trabajo. Idea que me pareció
bastante coqueta y con la que empecé a juguetear, hasta que me enamoré.
¿Psicoterapeuta, yo? ¿Por qué no? Me gusta escuchar a la
gente, dar consejos, soy observadora y muy analítica, me parece que el
potencial está ahí, sólo hay que cultivarlo. Poco a poco empecé a
visualizándome rentando un pequeño consultorio, tal vez compartiéndolo con
alguien más en un principio. Ir creciendo poco a poco. Llegar a rentar una
casa, tener a otros profesionales compartiendo gastos. No suena nada mal. Suena
bastante interesante de hecho.
Sí, así fue como me animé a en vez de sólo tomar un
diplomado, aventarme a hacer una maestría completa; a adentrarme en el mundo de
los loqueros. Ya veremos en dos años qué tal me va, cómo sigo, qué aprendo, qué
aplico y qué será de mi vida. Ya veremos.
Post Relacionado:
0 Testimonios:
Publicar un comentario