martes, 26 de junio de 2012

Viviendo con Roommies

Chocoaventura por Rana Existencial en 13:55


Va aproximadamente un año, dos meses que salí del lecho familiar. Creo que ya no había posteado al respecto. Cuando recién me fui a mi depa, decidí vivir un par de meses sola. Me hacía falta, a veces mi casa parecía campo de batalla y era necesario enconcharme un tiempo para descansar de tanto ajetreo.

Pasando este tiempo, decidí que bien ya era hora de abrir mi pequeño refugio; principalmente por cuestiones económicas, hay que ser honestos. Había que aprovechar los dos cuartos disponibles porque ni muebles para yo poder hacer algo de ellos.

Al principio la idea me molestaba un poco, sobre todo porque sabía que no se trataría de amigos directos. Quienes tienen posibilidades de vivir fuera de casa, pues ya están viviendo fuera de casa. Por lo tanto, no tenía a quién jalar; consecuentemente, tenían que ser personas un tanto desconocidas.

Abrir las puertas a extraños para compartir la vivienda de un golpe no es fácil de asimilar. Una cosa es hacer una fiesta o echar las copas con amigos de amigos, pero ya vivir con alguien que no conoces, mufasa.

Y ¿Si fuman? Y ¿si se la viven haciendo fiestas, trayendo amigos? ¿Si se develan mucho, si son ruidosos, si son cochinos? Hay que aceptarlo, yo soy un tanto ermitaña y amo mi soledad, mi espacio, el tener tiempo para mí solita. Son variables que tengo que tratar de descubrir en una sola entrevista porque tampoco puedo darme el lujo de hacer todo un minucioso proceso de selección. Hasta eso, todos estos años haciendo reclutamiento en mi trabajo me han enseñado a poner atención en detalles en mensajes, mails o llamadas. No saben lo mucho que puede decir un simple DM en Twitter de una persona.

Ya va exactamente un año desde que empecé a tener roommies. Ha sido una experiencia bastante enriquecedora. Llevo 5 para ser exactos. Algunos fueron personas que estuvieron por un tiempo limitado. Salvo el primeritito (que por suerte solo estuvo un mes, una semana – chale, hasta lo conté), todos excelentes. De hecho, al menos a mis actuales “inquilinos” los adoro. He aprendido mucho de ellos, recibido mucho cariño y nos la hemos pasado bastante bien juntos.

Es lindo ver como un par de extraños, con el tiempo y las experiencias, se vuelven más que amigos para comenzar a considerarlos parte de tu familia.




Posts Relacionados:

0 Testimonios:

Publicar un comentario