Cuando estamos a la mitad de una crisis existencial, generalmente, no tenemos ni la más remota idea de por dónde comenzar a desenredar la maraña. Nos sentimos mal, confundidos, que se nos viene el mundo y no hay ningún lugar para correr.
Me parece que la mejor manera de comenzar es alejándose, tomando un paso hacia atrás para poder ver todo en perspectiva. La pregunta del millón es: ¿cómo diablos hacemos eso? (¡manzanitas requeridas!).
Éstas son las ideas que me vienen a la cabeza en este momento:
Aagarrar el coche y manejar horas, sin rumbo ni horario definido, apagando el celular y aprovechando el tiempo para desconectarse de todo lo demás.
Gritar nuestra alma a los cuatro vientos o llorar hasta que se nos sequen los ojos.
Después de una pequeña catarsis por pequeña que sea, nos ayuda a sentirnos más tranquilos. Difícilmente, resolveremos el problema en ese instante, pero de menos, el agobio habrá disminuido.
Hace no tanto subí una imagen, no sé si la recuerdan, decía: “Are you Happy? Yes: Keep doing whatever you are doing. No: Change something!”
Si no están felices, ¡CAMBIEN ALGO! Por minúsculo que parezca cualquier cambio puede llevar a más. Escuchen la música cuando tengan el estéreo encendido, díganse que se quieren cuando se vean al espejo, vean el panorama cuando manejen, sonríanle a un extraño (no por coquetear, aunque también es válido), tomen una taza de té de vez en cuando, échense sobre su cama y cierren los ojos por unos minutos.
Evidentemente, estas cosas no los van a sacar de su crisis, pero les ayudarán a sentirse relajados, a cambiar un poco su actitud. Si algo he visto que importa en esta vida es la actitud con la que la enfrentemos. Como ya dije, un pequeño cambio siempre conlleva a otros.
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