A mí en lo personal, me ha pasado incluso que he llegado a tratar a las personas con quienes salgo “Bajo el beneficio de la duda,” casi esperando a ver cuándo meten la pata para emprender la retirada. Como si ya diera por sentado que van a equivocarse y que el Amor de mi Vida será el único que no lo hará.
¿Les digo algo? Jamás me había dado cuenta que hacía eso. Mi estandarte era esperar que las cosas fracasen porque habrá una que no fracasará. Ahora me pregunto: ¿Cómo puedo comenzar una relación esperando el fracaso? ¿Cuál es el punto?
Aunado a esto, me di cuenta que teniendo mis barreras altas y una actitud cerrada, lo único que hago es dejar que todo el peso caiga sobre la otra persona y lo que ésta haga porque en realidad no estoy poniendo de mi parte. ¡Wow! ¡Vaya presión la que dejo caer!
Para colmo, también noté que mi forma de olvidar a alguien es pensando que pronto alguien mejor llegará. No suelo pensar ni reflexionar en lo aprendido ni me tomo tiempo para sanar las heridas. Estoy constantemente buscando un sustituto que me distraiga del mal paso tomado. Así, ¿cómo pretendo sanar mi corazoncito?
Hoy voy a tratar de hacer las cosas diferentes. Hoy me voy a enfocar en mí. Recientemente, leí una frase que quiero compartirles: “Vuélvete la pareja que quieres encontrar.” Haré un esfuerzo consciente por tratar de describir lo que busco y por comenzar a encontrarlo primero en mí misma. ¿Cómo pretendo exigirle a alguien más algo que yo no puedo ofrecer?
Ya venga o no alguien, en este momento es secundario porque al final de cuentas el chiste es primero yo ser feliz y estar bien para poder compartirme como quisiera. Solamente, espero que eso de sanarme no sea tarea tan ardua, aunque supongo que fácil no será.
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