Recuerdo esas mujeres abnegadas para quienes primero son sus hijos, después su marido, después sus nietos, después sus papás, después sus hermanos, después su mascota y al final ellas mismas.
Por muchos años se nos ha inculcado a las mujeres que primero están los demás y después venimos nosotras mismas. Tenemos que atender, apoyar, cuidar, servir a todos, pero esto de esta preocupación por los demás deja poco margen de tiempo y energía para nosotras. ¿En qué momento venimos nosotras?
Aunado, aquellas mujeres que rompemos este paradigma de “primero los demás” somos laceradas con la etiqueta de egoístas, anti naturales. Aquellas que nos importamos más, somos anormales y señaladas en la calle.
Seamos sinceros, hasta hoy en día, es muy criticable la mujer que no quiere tener hijos: es rara, es mala, es todo menos honesta, prudente, centrada. Aún en el siglo en el que nos encontramos, aquella mujer que no se sacrifica por los suyos, no es bien aceptada en esta sociedad. Bueno, a nosotras no toca gestar esos cambios.
jueves, 29 de septiembre de 2011
Ama a tu prójimo como A TI MISMO
Chocoaventura por
Rana Existencial
en
9:10
Debrayes
Sólo un ratito de Grinches

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