No podría decir que sé todo a detalle y profundidad. Mentiría. Sin embargo, sé, bueno relatan, que su temple, su determinación era de aplaudirse, que predicaba con el ejemplo pues cuando había que enfrentarse iba al frente de sus guerrilleros o cuando había que hacer trabajo de campo (aún siendo alto funcionario en el gobierno cubano), era el primero en ponerse a arar la tierra y cortar caña.
Era de pocas palabras, pero cuando hablaba inspiraba con su convicción y sobre todo, lo que más admiro es que dio su vida defendiendo lo que creía. Tal vez su ideología haya sido muy utópica, poco viable y factible, poco compartida por muchos (ni si quiera por mí). No obstante, murió en su defensa; incluso en un país distinto al suyo.
¡Grande el hombre que está dispuesto a morir en la defensa de una idea!
¡Feliz cumpleaños Che, gracias por seguir inspirando mi vida!
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