Como mis padres están de viaje, hasta mañana, me pidieron que me quedara a esperar a que llegue a la muchacha porque suele hacerlo súper tarde (e irse lo más rápido posible… típico de México).
¡Llegó 9:30! ¿Qué le pasa? Está bien que no tuviera actitud de trabajar precisamente hoy, sin embargo, no es para que me haga llegar casi una hora tarde al trabajo sin una verdadera razón de peso. Además eso de picarte los ojos 40 minutos no está padre, ni si quiera ganas de ver la televisión a esa hora. ¡Grrrr¡ Diría: Bitch, pero me parece demasiado ofensivo para este caso.
Para rematar, a escasas dos cuadras de mi oficina, a un taxista se le ocurre pararse en secode la nada en media calle. ¡Bien! Literal di el frenón y supliqué para que el de atrás no se embarrara contra mí. Sufrí. Imagínense que a mi pobre ClaraBella la hubieran lastimado (sí, soy de aquellos locos que nombran a su carro, la AMO! jeje).
Para colmo, el osado viejito, ya cuando se le ocurrió orillarse, se volteó a mentarme la madre a mí. A ver, quien se paró en seco fue él, ¿por qué la mentada es hacia mí persona? Bueno, en realidad no escuché nada porque traía los vidrios arriba y estaba escuchando Foo Figthers (no podré). Aún así, fue molesto. Cuando yo soy quien mete la pata, va, díganme lo que quieran sin faltarme al respeto, probablemente lo haya merecido; pero si no es mi culpa ¿qué les pasa? De un “¿Por qué te frenas? ¡PENDEJO!” muy bien gesticulado no se salvó.
¡Qué molestas fueron las primeras 2 horas de mi día! Espero mejore más al ratito. Al menos no es viernes 13.
En fin, les deseo el de ustedes sea mejor y disfruten muchísimo este fin!
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