Tal vez tus intenciones sí sean nobles. Tal vez sí tengas un par puntos que deba revalorar. Pero definitivamente, no puedes llegar a presionarme esperando yo cambie a tu santa voluntad.
¿Quién te crees que eres?
¡Aquí yo decido! Qué y cuándo a mi propio ritmo, no al que a ti te apetezca.
¡No soy tu proyecto: no me vengas a cuestionar, confrontar y forzar! Para eso mis amigos, mi familia, mi psicólogo y hasta mi propio intelecto.
Cuando ni si quiera el intento de aceptarme haces, menos de conocerme: GRACIAS, PERO NO GRACIAS.
Si no sabes abstenerte de cualquier intromisión no deseada, yo sí puedo abstenerme de requerir tu aprobación... Y con ello de tu amistad puesto que si algo busco en mis amigos es que de menos me acepten tal cual soy en este momento (algo que claramente tú no haces).

… ¡Cómo son molestas ese tipo de personas!
0 Testimonios:
Publicar un comentario