viernes, 26 de marzo de 2010

La verdadera historia de los príncipes y los sapos

Chocoaventura por Rana Existencial en 8:46
Sabemos que Disney nos ha hecho casarnos con la idea de los príncipes son azules. Aquellos que nos sacarán de cualquier problema, estarán para escucharnos cuando lo necesitamos, son divertidos, inteligentes, buscan una relación que termine en un compromiso el cual conlleve al matrimonio para tener nuestro “Happy ending” y por si no fuera ya mucho están increíblemente guapos (oh, sí!).

¿A qué hora decidimos creerle? Eso no es real. La gente NORMAL no está a nuestra disposición 24/7 y no viene con checklist de cualidades infinitas. No existe (si alguien conoce a alguien así, que lo presente); sólo un vil espejismo. Aunque a muchas nos cuesta si quiera aceptarlo.

Aunque también, hay quienes nos vamos al extremo, lo cual tampoco es sano. Vemos a todos como personas llenas de defectos, esperando a ver CUÁNDO meten la pata para tener una excusa pertinente para emprender la retirada. Generalmente, se debe a un miedo implacable hacia las relaciones. Los hombres tampoco son sapos.

Conocemos a alguien, incluso empezamos una relación e inconscientemente le vamos encontrando "detallitos" a la otra persona. Hacemos nuestro checklist de defectos para que se vayan acumulando. "Tiene un diente chueco, suda demasiado, tiene cara de mujeriego, no le gusta mi música, está chavito, es de mi edad, me lleva demasiados años de diferencia, le teme a los compromisos, le va al América" (bueno, ésta última si es una razón válida!!! jeje). ¿Soy yo o esas son reverendas pendejadas?

En conclusión, me parece que las mujeres no sabemos ser realistas ni objetivas. O idealizamos o los destrozamos. Basta de verlos a todos como “prospectos de” y analizarlos para ver si cumplen o no el perfil:

¿Dónde quedó el enfocarnos simplemente en conocer a la otra persona, dejar que las cosas fluyan y disfrutar el proceso?

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