lunes, 22 de febrero de 2010

Toute Suele

Chocoaventura por Rana Existencial en 9:08
No hay nada peor que sentirse solo estando acompañado. En realidad, pocas veces o pocas personas están verdaderamente solas. Vivimos con nuestra familia, amigos, trabajamos, vamos a la escuela. La sociedad nos trata de entrenar para ser seres sociales (valga la redundancia).

Aún así hay momentos, en los que a pesar de contar con personas a nuestro alrededor, nos sentimos distantes de todos. Nos cuesta confiar en los demás. Nos volvemos más analíticos. Más críticos y puede ser que hasta más cínicos. Nos asfixiamos en nuestros conflictos y el círculo vicioso se agranda. Nos ahogamos en vasos con agua.

La soledad nos obliga a tomar pésimas decisiones en nuestra vida. Por ejemplo, estar con alguien que nos lastima, no darnos cuenta de que nos están lastimando, lastimarnos física y emocionalmente. Nos limita nuestra perspectiva del mundo, de nosotros mismo.

Lo difícil es combatirla. De hecho, más difícil darnos cuenta si quiera del problema; nos cegamos. A veces, pensamos que el problema son los demás, no notan que nos están lastimando, que nos sentimos aislados, que no nos buscan o nos quieren como quisiéramos. Nos sentimos víctimas al respecto. El verdadero problema es que no sabemos pedir ayuda, no queremos reconocer que nosotros somos quienes nos alejamos del resto. Al final de cuentas, quien no sabe pedir ayuda, nunca la obtendrá. Sería bueno bajar nuestras expectativas y permitir que la gente se acerque a nosotros. A mí, me resultó benéfico.

0 Testimonios:

Publicar un comentario