
Este fin fui a ver “The Ugly Truth” en el cine. Palomera, nada del otro mundo. Sin embargo, hubo una reflexión que me dejó pensando bastante. Las mujeres desde siempre nos enseñaron a hacer checklists para saber quién es “The One” (el ideal, perfecto). Guapo, inteligente, exitoso, trabajador, fiel, honesto y cuanta burrada se nos ocurra. Saben, hasta hace no mucho tiempo yo no hacía estas cosas. Simplemente, sí conocía a alguien que me latía, era mutuo y había química e interés, listo, era cuestión de dejar que las cosas caminaran solitas. Al fin, si es para ti aunque te quites, si no, aunque te pongas. No listas, no ideales; pura intuición y corazonadas como guía.
¿En qué momento cambió esto? Probablemente, la primera vez que me destrozaron el corazón. Hace un par de años. Fue cuando aprendí a no confiar tanto porque en el momento menos esperado pueden darse la vuelta y aplicártela. Ya sé: so it is life. Sí, esas cosas suceden y no te queda de otra más que agarrarte de donde puedes, alzar la cabeza, respirar profundamente y comenzar a levantarte poco a poco. Eso no le quita lo difícil. Y ahorita me vienen a la cabeza todas cadenas cursis y melosas donde dicen: “ama como si nunca te hubieran lastimado” Coño! Díganme como se hace y seguro sigo el consejo al pie de la letra.
Por varios años era la admiración de mis amigas porque yo se las aplicaba a los hombres como ellos a nosotras. Clavarme estaba cabrón, el interés, en muuuuchaaaas cosasiones, me duraba no más de 2 semanas. Si podía verlos, chido, si no chido. Cursi? Yo? JA JA. En cuanto me aburrían los mandaba a freír espárragos, al final de cuentas, si ya estaban aburriendo para qué perder mi tiempo. Si me lastimaban X, mi filosofía era: “Ya lo viví, ya lo sufrí: NEXT!!” Cuando me preguntaban que cómo diablos le hacía para ser tan bitch, lo único que les contestaba era: el día que me clave van a ver cómo cambio. De hecho, suena bastante lógico; creo que incluso a los más mujeriegos les pasa (quiero pensar).Dicho y hecho; I’m not the cold hard bitch I used to be anymore (bueno, la exagerada y unos cuates).
Pasó, me clavé, me dejé llevar, me lastimaron, perdí el norte y apenas lo estoy recuperando. Lo peor fue que no sólo una vez, si no varias, chin!! Lamentablemente, parte de mi confianza y seguridad se perdieron en el proceso. Hasta cierto punto se volvió un parte aguas, dejé de ser yo o por lo menos a ser cómo solía ser. Ahora lo difícil es descifrar quién soy qué estoy dispuesta a ceder y que puedo exigir. Sobre todo si tomamos en cuenta que la antigua Luna no estaba dispuesta a ceder mucho, encontrar ese equilibrio se vuelve complejo. Sinceramente, debo confesar que eso de estar en una relación da miedo, bajar las barreras y dejar que alguien te conozca, no huir cuando meten la pata y tratar de arreglar las cosas, hacer planes pensando en alguien más y no sólo en lo que tú quieres. En teoría, no debería de ser difícil; sin embargo, yo no estoy tan acostumbrada y me está costando trabajo. Heme aquí luchando con los viejos dragones, a ver qué sucede.

1 Testimonios:
Cuando era chiquito me quemé con la plancha.
Sin embargo no por eso dejé de usarla, aprendí a no volver a tocar la parte caliente.
Con las relaciones es similar, porque te lastimaron una o varias veces no quiere decir que tienes que abandonar toda posibilidad, simplemente aprender de lo malo para que no vuelva a ocurrir.
También las parejas pasadas se convierten en nuestros maestros, nos ayudan a ver lo que está bien y mal en nosotros para así poder hacer algo al respecto, aunque ya no estén con nosotros.
Estoy de acuerdo en que la confianza se ve mermada tras algo como eso, pero si no confías en ti misma, en lo que hiciste y eres capaz de lograr, nadie lo hará por ti.
Y curiosamente, cuando confíes nuevamente en ti misma, otros confiarán en ti y de entre todos estos alguien dirá "esa chica me cautiva por su seguridad"
Saludos, Luna.
Publicar un comentario