Como varios ya saben, muy recientemente inicié un trabajo en
la industria de la construcción, una comercializadora de elevadores para ser
exactos. Muy buen trabajo a decir verdad, sueldo base, buenas comisiones,
prestaciones, etc. me divierto platicando con Arquitectos, Ingenieros y hasta
maestros de obra o albañiles. No me quejo.
Sin embargo, también tiene un par de detallitos con los que
me tengo que andar con cuidado. Por ejemplo, es una industria tradicionalmente
masculina, entonces no falta el arquitecto misógino que me ignora hasta
visualmente por ser prófuga del metate. Al final de cuentas, las mujeres
pertenecen en la cocina ¿no? También será común, como advierte mi jefe, quien
trate de seducirme o tal vez hasta llegue al grado de acosarme teniendo el
descaro de pedirme fotos desnuda. Are you fucking real? Uno, estoy en ventas, no en pornografía,
pequeño detalle. Dos, mínimo que se esperen a primero comprar. Digo.
Sí, trabajar con hombres tiene sus encantos: menos chismes,
menos reclamos, menos choros mareadores. Lamentablemente, eso no quita estar
expuesta a casos como los antes mencionados porque sí he de admitir ambos son
True Story. Y lo bueno es que apenas voy para tres semanas en el business, lo
que me espera.
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Imagen obtenida de Dr. Frank Clavijo |
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2 Testimonios:
Bienvenida al mundo de la construcción. A mí nunca me han tirado la onda, pero es clásico el que me digan bonita en vez de arquitecta, que me pregunten si voy porque soy estudiante o estoy pensando en estudiar arquitectura o que clientes nuevos me hablen como si fuera la secretaria cuando soy la que diseña todo. En expos, si voy con un hombre (aunque solo sea para que cargue los catálogos) se dirigen a él siempre. Creí que a los 30 iba a cambiar... Tengo 34.
Sí, conozco bien, esa sensación de ser ignorada como si no existieras sólo porque eres mujer
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