Hoy, 2 de Julio de 2012, millones de mexicanos despertamos
tristes. ¿Les cuento algo? Anoche soñé que
ese sería el resultado electoral y con angustia desperté un par de veces,
temerosa se vuelva realidad.
Yo estoy triste, muy triste porque independiente de la mala
fama que se ha creado el candidato Roji Verde durante su campaña, me aterra lo que
representa su partido: Décadas de represión e inestabilidad económica.
No debemos hacer manifestaciones, dudo sirva de algo; además sólo acarrearán más caos. No se trata de
buscar culpables se volvería una interminable cacería de brujas, a parte, ¿cuál sería el punto?
Estamos a disgusto, me queda claro. Mi sentir era y sigue
siendo que fue mayor el porcentaje de la población en contra de dicho partido
que a su favor. Sin embargo, entre nosotros, no pudimos ponernos de acuerdo, no
supimos unirnos y por supuesto, los candidatos restantes no nos convencieron
por completo para sumar fuerzas en uno solo.
Parece devastador el panorama venidero. Los años priistas en
su mayoría los viví durante la infancia, pero ahora reflexiono sobre el
desbarajuste que hubo y temo. Temo volvamos a esa época, una época en la que se
legislaba basado en los intereses de unos cuantos, pasando por alto a la
población en general.
No sé quiénes son aquellos que quieren tengamos el gobierno
que se aproxima, no pienso culparlos pues válidas o inválidas sus razones tendrán
para haberlo escogido.
No me queda otra cosa más que decir: “Al mal tiempo
buena cara.”
Yo haré mi parte para criticar, exigir y demandar se nos trate
como merecemos. Si algo aprendí durante estas campañas electorales es que
somos más, tenemos más voz y mejores medios para comunicarnos. ¡Saquemos
provecho de esto!
Si de mí depende, México, mi país, no se vuelve a hundir y
le pido a esas personas que piensen igual que yo, que no lo dejemos hundirse
sin importar quién nos represente.
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