Es chistoso ver cómo vamos cambiando con el paso del tiempo.
Los “Nunca jamás” de ayer se convierten en el “¡Eh! ¿Por qué no?” de mañana y
lo que nos gustaba termina haciéndosenos de mal gusto.
Día tras día, nos transformamos en una nueva persona. Es una
metamorfosis que no podemos negar, no deja de asombrarnos por completo. Es
admirable ver cómo heridas profundas, no solamente cicatrizan, se vuelven parte
de nuestra fuerza motora para enfrentar los nuevos problemas. Y en vez de
quedarnos estancados, buscamos la forma de subsistir. Ley de la naturaleza.
Yo como muchos otros, he tomado varias decisiones basándome
en el miedo. Saben, sólo somos seres humanos. Me ha costado mucho sobre
ponerme, pero cuando lo logro, me levanto con aún mayor fuerza y vigor que
antes de caer.
Ahora que lo pienso, muchas cosas las hacemos automáticamente, nos programaron a
tener un estilo de vida y hacer a un lado otras opciones. Por eso, hoy inicio una nueva
etapa. Hoy me di cuenta de que mis miedos, mi negación, sólo están ahí para
estancarme y que es hora de tomar el camino que me daba pánico si quiera
considerar. Hoy es tiempo de ser valiente, de creer y tener confianza porque sé
que de menos no hay peor lucha que la que no se hace…
Ya veremos mañana, qué tal me va.
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