miércoles, 2 de mayo de 2012

54. Marley & Me

Chocoaventura por Rana Existencial en 8:56

Vi por primera vez Marley y Yo, alrededor de un año después de que murió Mony, nuestra coquer spaniel dorada que estuvo con nosotros alrededor de 13 años. Técnicamente no era su dueña, obvio lo era mi papá, pero desde que se fue dejó un vacío bastante grande en la casa. Ya se imaginarán cómo me pegó ver la película en ese momento.


De hecho, recuerdo ese mismo día mientras la veía, sólo me decía a mí misma: en serio, quiero un perro. Tanto me movió que a los 3 meses mi pequeño tamagochi mejor conocido como Yako Mora, había llegado a llenar mi corazón.

Orgullosamente, puedo decir que no se trataba de un mero capricho. Tengo 2 años y medio que me abalan. Aún así sigo aprendiendo a cuidarlo y educarlo. Sobre todo a no consentirlo tanto, ya me regañaron por ello. Sí, es de mis prioridades del día a día. Y ¿cómo no? Es un pequeñuelo que depende de mí.

Este fin fui mamá gallina. Lo llevé a cortar el pelo al lugar de siempre, ya con estos calores le hacían falta al pobre Yakimeshi. Lamentablemente, lo raparon de más en sus partes nobles, tanto que lo lastimaron. A eso sumando el brincoteo cerca de la alberca, el cloro, el lamerse por no aguantar la comezón, dolor, etc, ya para el domingo estaba irritado e inflamado mal pedo su pipi.

Sufrió, sufrió, tuvieron que ponerle un collar isabelino (ese cono gigante), para evitar se lamiera, el cual todavía lo tiene que usar. Estuvo tan agüitado que ese día llegó a un punto de quedarse arrinconado en el espacio entre los dos sillones de mi sala. Ahí nos tienen a los dos viendo la tele desde ahí, yo para estar cerca y evitar se rascara, lamiera etc. Me imaginé a una madre pasando la noche en vela, evitando que su hijo se rasqué la varicela.

Es parte de la faena de tener que cuidar a alguien más y aunque no es lo más divertido del mundo, lo haces porque amas a ese alguien más. Quienes tienen y quieren a sus mascotas, me entenderán.




En fin, además de eso, ahora que volví a ver la película noté otro hecho importante, del cual no me había percatado. Esta película que me hizo percatarme lo mucho que quería tener una mascota en ese entonces, pero ahora aún habiéndola visto como 4 veces, por primera vez me obligó a poner atención en las dinámicas familiares de qué trata.

Me di cuenta que refleja bastante bien mi concepto de pareja y familia, como equipo. Incluso, llegué a la conclusión que el tipo de pareja que busco es alguien estilo al personaje de Owen Wilson. Sí, es el tipo de persona con el que siento podría sentirme respaldada y en confianza para formalizar a ese nivel. El problema ahora sería encontrarlo. Esperemos que eso de decretar funcione, a ver si algún día lo topo andando por la calle.



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