Cuando alguien cercano fallece, es difícil aceptarlo, es difícil confrontarlo y a veces, parece imposible superarlo.
Es horrible toparte con pequeños detalles que lo traen a tu mente, como en mi caso: un post-it en mi refri con su lista del super, su teléfono entre mis contactos del celular, ir a un bar y recordar que la última vez que fuiste a ese lugar fue con esa persona.
Conforme pasa el tiempo, en general, empiezas a estar bien, incluso empieza a desvanecerse todo un poco; pero cuesta trabajo porque hace falta alguien y eso no está cool.
… Haces falta… ¡Mucha!
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