Resoluciones de Año Nuevo

Desde un tiempo, se volvió una tradición importante para mí, iniciar cada año con la lista de propósitos. Sí, tal cual, escribo en mi agenda 5 – 6 cosas que quiera y crea poder cumplir para ese año (obvio, ejercicio y dieta no reúnen ambos parámetros). A mitad del año, reviso cómo voy para ver qué tantas ganas hay que echarle para tratar de cumplir la mayoría.

Al mismo tiempo, después de pensarlo durante el cierre, formulo una lección de algo que quisiera mejorar de mí el año que inicia. Generalmente, es una cosa; cambiarse a sí mismo es tarea ardua. Entonces, se puede decir que creé una lista de aspectos para mejorar que he ido incorporando a mi personalidad poco a poco. Y cada año, después de mi lista de propósitos escribo las que llevo para que se mantengan vivas.

Hoy voy a compartirles estas filosofías me han ayudado. Digo, no soy ni quiero llegar a ser la Madre Teresa nunca jamás (sin ofender), pero he notado que escribirlas, releerlas para no olvidarlas, me ha ayudado a mantener ese cambio vigente.

Tal vez, me tomen más Años Nuevos de los que viva ser la mejor persona que puedo llegar a hacer, sin embargo, creo que empezar es el mejor inicio de cualquier camino.


2008: ¡Disfruta!

La vida es bella. ¡Diviértete y deja de preocuparte tanto! Sólo yo puedo tomarme todo serio, así que mejor tomar el lado más amable de las cosas.

2009: ¡Deja ir!

Depende solamente de mí engancharme o no. Todo tiene una lección, mejor aprenderla y desechar lo demás. Enfócate en lo positivo de las cosas; lo demás fluye. ¡Es vital!

2010: ¡Primero YO!

Busca las opciones que me permitan estar BIEN. Rechaza lo que te lastima; defiéndete Y cuídate. Disfrútate. Crece en lo personal y espiritual.

2011: ¡Sé astuta!

Ésta es mi vida: yo soy la que decido dónde quiero estar y con quién. Yo tomo el control de todas mis decisiones, así que toma las mejores.



2012:

¡Tolerancia!

No todo va a salir como quiero ni todos van a portase como espero. No es excusa para que explotar como volcán en erupción cuando suceda. Respira. Busca muy dentro de ti, verás que tienes paciencia para lidiar con el mundo.

¡Lucha por lo que quieres!

Si algo te importa, defiéndelo. Si algo quieres, pídelo. Tal vez no lo consigas, sin embargo, no hay peor lucha que la que no se hace. Recuerda que a quien no habla Dios no lo escucha.