2007, 22 años. Mayo. Vive Latino Weekend. Última semana de clases, mes de graduación, osea: ÚLTIMA SEMANA DE CLASES FOR GOOD!!!
Viernes: Fiestecilla en casa para celebrar ese magno suceso. Nada muy grande, unos cuantos amigos, unas cuantas cervezas, mucha actitud. Resultado: 7 am fulminación de la reunión, con un par de cuates crasheando en mi casa.
Sábado: 10 am párate para levantar a los muertos y lanzarte al Vive. De sol a sol, puro Rock.
Domingo: 00 hrs regresar a casa, tomar mi carro para alcanzar a mi mejor amiga en un antro. 3:00 am regresar a casa para descansar. 11 am, vuélvete a parar para continuar con la celebración en el Foro Sol. 11 pm regreso a casa, después de otro largo maratón rockanrolero. . . Ahora sí, a dormir como Dios manda.
Lunes: 7:30 am, párate para ir a trabajar. (¡Auch!).
Evidentemente no era el común de mis fines de semana. Jamás hubo un maratón de igual magnitud, muchos desvelos crónicos pero del suelo no pasaba. Sin embargo, podía, eso era lo importante: se podía. Sólo hace 3 años atrás.
¿Hoy? Jamás. Si me desvelo un día el fin, el siguiente prefiero ir a cenar, al café, al cine, echar los drinks tranquiquis con las amigas o de plano quedarme en casa viendo movies. Incluso, el año pasado tenía más energía; mi pila aguantaba más.
Ahora sí se siente el paso de los años. En serio, ya no aguanto nada. ¡Qué triste!
1 Testimonios:
La vida es directamente proporcional a lo que podemos y de hecho queremos manejar.
El disfruta un fin de semana solo con películas sin necesidad de amanecer con litros y litros de alcohol no es signo de vejez, pero de una buena administración. Habrá noches en las que aunque el cuerpo pida algo sumamente tranquilo(sobre todo dormir) también habrá una inquietante necesidad de poner el mundo de cabeza.
No te pongas triste por dar un giro que creías imposible años atrás, pero si por dejar de hacer algo que en realidad quieres; muy diferente si lo piensas bien.
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