Tal vez, nunca aprenda a tocar guitarra. A veces, algunas notas salen de mis labios; a veces, no suenan tan mal. Tal vez, no sea buena dando pinceladas; ni dibujitos ni rayones. Pero siempre pude pintar con palabras y jugar con estrofas.
Algunas personas ven a través de lentes, reflejan excelentemente lo que quieren decir. Yo no. Veo con mis ojos, siento con mi corazón. A veces más de la cuenta, más de lo que quisiera, ¿qué le puedo hacer? Es parte de mi vida; parte de lo que soy. Sí, bastante intenso mi ser.
Como alguna vez leí: para escribir, hay que saber vivir. Tal vez no sea tan buena para la segunda parte porque me he quedado con ganas de muchas cosas. Aunque eso sí, me dedico a sentir lo que venga y no dejar que se pase como agua. Para la primera, me parece, creo yo, no soy tan mala. Las palabras fluyen en mi mente, siempre coexistieron en mí; solamente hay que anotarlas.
Nostálgica eterna, de sueños; espacios y tiempos en los que nunca viví. Mi imaginación es basta, me ayuda el sólo pensar “cómo sería si.” Queriendo estar ahí, queriendo vivirlo todo. Sí, siempre ha sido intenso mi ser. A veces, mi voz no me alcanza para decir lo que quiero, pero para eso tengo la pluma. Bendita pluma que sin ti no sería nada.
Tal vez, tal vez, algún día termine de contarlo todo, me agote y se acabe. Aunque estoy segura que cuando llegue ese día, habré de despedirme de aquí. Dios, ruego porque nunca se acabe.
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