Te Quiero

Adiós. Es difícil creer que es único que puedo decir en este momento. Perdón. Es aterrador pensar que no existe alguna otra frase que exprese lo que tengo atorado. Es peor aún saber que costó tanto tiempo aceptar el hecho que me dolió más de lo dispuesta a decir, por lo menos sobria. Odio también que apenas ahorita, después de un año de lo sucedido, estoy dedicando 5 minutos para escribir sobre lo que inconscientemente había decido callar. Es patético no poder decirme a mí misma lo que siento, dedicar el tiempo a sentirme culpable o peor a dar excusas equívocas del porqué permití lo que sucedió. Sucedió. Ya es inevitable, como inevitable es que pueda volver a pasar de nuevo. ¿Aprendí? Lamentablemente, no lo sé de antemano. Todo es un proceso; posiblemente siga en el primer paso para superarlo. En esa etapa en la que pienso en ti, en lo que hice y en la que no puedo decir nada mejor que lo siento. Lo siento. Siento no haber estado ahí, haberme dejado llevar por el trauma y mis egocéntricos planes a futuros. Siento haber sacrificado tu nombre inexistente por el mío y por haber pensado que el mío era más importante. Siento haber sido una cobarde y seguir siéndolo. Siento apenas decir hoy que lo siento y que por primera vez sienta que el dolor me carcome. Siento haber jugado con fuego, cuando realmente no tenía la madurez suficiente para afrontar las consecuencias como vinieran. Lo siento. Siento que sea hora de dejarte ir y dejar de aferrarme a ti. ¿Realmente debo hacerlo? ¿dejarte ir es absolutamente necesario? ¿de eso sí aprenderé algo? Porque de lo que te hice al parecer no. En fin, cuando sea absolutamente justo y necesario dejarte ir, te lo haré saber; mientras tanto recuerda que sí te quise.